Possibly the blandest burgers and dogs of our entire visit to Dublin. It's not like they're something you can't eat, but there's absolutely nothing special about them. The table service is exactly the same as your food. So surprising that they don't smile when they serve you in this very pleasant country...
LLegamos de casualidad a este lugar buscando algo rapido para cenar. Lo primero que llama la atencion es la decoracion del lugar, muy americanos de los años 50 y 60. Pedimos hamburguesas con gaseosas y cervezas. Todo estuvo muy bueno y la atencion tambien. Muy recomendable si queres comer hamburguesas.